PSOE

Sánchez cada vez más solo tras cargarse a los fieles y leales que le hicieron secretario general

Ninguno de los actores clave en su llegada al liderazgo del PSOE o a la Moncloa siguen ya en sus cargos

Adriana Lastra dimite como vicesecretaria general del PSOE

Ábalos, Lastra y Calvo, en blanco y negro, ya están fuera del círculo de confianza de Sánchez.
Ábalos, Lastra y Calvo, en blanco y negro, ya están fuera del círculo de confianza de Sánchez.
Joan Guirado

En el mundo de Pedro Sánchez nadie es imprescindible salvo él. Lejos de las lealtades y fidelidad con las que se gestionan las relaciones humanas, el secretario general del PSOE y presidente del Gobierno trata a su entorno como si fuera una gran empresa del IBEX donde lo único importante es la cuenta de resultados. En este caso, su permanencia en el poder. Sánchez va cambiando su círculo de confianza en función de la situación y los intereses personales.

Buena muestra de ello es la foto con los colaboradores que le auparon a como secretario general cuando nadie creía en él. Ya no queda casi nadie. Las únicas que se mantienen de aquellos tiempos son la ministra de Defensa, Margarita Robles, y la presidenta del PSOE, Cristina Narbona. Félix Bolaños y José Manuel Albares, entonces en otras responsabilidades, también siguen ahora de ministros.

En cinco años, desde que ganase las primarias frente a Susana Díaz, del lado de Sánchez se han apartado José Luis Ábalos, Carmen Calvo, Adriana Lastra, Iván Redondo y Paco Salazar. Todos ellos fueron clave en su ascenso en el partido y en su llegada a La Moncloa. Robles, a la que nombró portavoz parlamentaria tras su renuncia, y Narbona, esposa del Alto Representante de Exteriores de la UE Josep Borrell, son las únicas que sin estar en el círculo de confianza del presidente siguen cerca. Bolaños -que entonces era secretario general de la Presidencia- y Albares -su sherpa internacional- han ganado poder.

Otros que entonces tenían altas cuotas de responsabilidad, y que eran amigos personales, como Óscar López o Antonio Hernando, han vuelto ahora a su vida tras cinco años sin hablarse con ellos. Los ex portavoces socialistas en el Senado y en el Congreso bajo el liderazgo de Alfredo Pérez Rubalcaba hoy son director de gabinete y director de gabinete adjunto del presidente. En el caso de Hernando, además, todo apunta a que le convertirá en ministro en la próxima remodelación del Ejecutivo. E incluso le puede dar más responsabilidades orgánicas.

Adriana Lastra

Lastra ha sido la última en abandonar el barco. Ha sido este lunes. La ya ex vicesecretaria general del PSOE ha alegado «motivos personales» para justificar su dimisión. Aunque tras la decisión está la pérdida de confianza de Sánchez en ella. Hace dos semanas, tras una reunión de la Ejecutiva en la que se preveía que el secretario general cortase cabezas, el presidente reunió a Lastra y Santos Cerdán y les avisó de que iba a haber cambios. Y que también ellos podían caer.

José Luis Ábalos

El ex secretario de Organización del PSOE, clave en la negociación para la moción de censura que le permitió a Sánchez llegar a La Moncloa, dimitió el verano pasado tras ser cesado como ministro de Transportes, Agenda Urbana y Movilidad. Tras conocer la decisión de que iba a ser apartado del departamento que dirigía, José Luis Ábalos preguntó al presidente si le iba a recompensar en el partido tras el 40 congreso que se iba a celebrar en octubre y que coordinaba el entonces número tres del PSOE. La respuesta fue negativa. No sólo no le iba a recompensar si no que, además, tampoco contaba con él. Ábalos no se dejó humillar y se marchó, evidenciando las grietas en la organización.

Carmen Calvo

La que fuera vicepresidenta primera del Gobierno y responsable de Igualdad del PSOE cayó como Ábalos en la remodelación del Ejecutivo del pasado mes de julio. Pedro Sánchez cesó a Carmen Calvo prometiéndole que le iba a recompensar haciéndola presidenta del partido, cargo en el que después mantuvo a Cristina Narbona. Tras los rifirrafes con la ministra de Igualdad, Irene Montero, por arrebatarle estas competencias ministeriales dentro del Ejecutivo, Sánchez también la dejó fuera de la dirección socialista para contentar a un sector importante del partido -los gays y defensores de un feminismo distinto al que siempre ha defendido Calvo-.

Iván Redondo

Durante mucho tiempo se dijó de él que era el quinto vicepresidente. Un asesor con rango de ministro. Fue el gurú que en un movimiento audaz, en mayo de 2018, aupó a Sánchez a la presidencia del Gobierno por sorpresa de todos. Incluso del mismo líder del PSOE. Tras unos años en la sala de máquinas de los socialistas, con su llegada al Palacio de La Moncloa, le recompensó con el cargo de jefe de gabinete. Le cesó hace un año junto a Ábalos y Calvo por pérdida de confianza.

Paco Salazar

Quizás es el más desconocido de todos, pero una pieza imprescindible en la vida política de Pedro Sánchez. Fue el número dos de Iván Redondo en el gabinete de la Presidencia del Gobierno y uno de los que alojó al secretario general del PSOE en su casa cuando dio la vuelta a España para recabar apoyos con los que medirse contra Susana Díaz. Paco Salazar, ahora recompensado como presidente del Hipódromo de Madrid -con un sueldo de 108.000 euros- fue uno de los principales responsables del retorno de Sánchez a la planta noble del número 70 de la calle Ferraz. Alcalde de Montellano (Sevilla) durante cinco años, se hizo fuerte como técnico en el ayuntamiento de Dos Hermanas -cuna del sanchismo- desde donde se enfrentó al aparato de Díaz.

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